Os lo confieso: no me gustan los héroes.
Me siento más a gusto cuando un anti-héroe o un villano aparece en mi vida (en mis novelas) porque sé cómo manejarlo, porque tenemos afinidades, sentimientos y experiencias en común. El héroe clásico siempre me ha parecido un presuntuoso, un ególatra, alguien con demasiadas ganas de destacar, y lo peor de todo: esa falsa modestia que nadie con dos dedos de frente se traga, y que a mí, personalmente, me sube muchísimo la bilirrubina.
Pero Gillian necesitaba un héroe, esta comedia necesitaba un héroe y fue entonces cuando me puse a buscarlo. ¿Cuándo fue eso? Sería entre 2010 y 2011. Lo sé porque cuando empecé a escribir la novela en otoño de 2011 ya lo tenía con nombre y apellido. Y desde ese momento hasta hoy pocas cosas referentes a Samuel Johnson han cambiado, muy pocas.
Pero yo soy como soy, ya me conocéis. Y si algo me caracteriza es ir a contracorriente, hacer lo que nadie (o casi nadie) más hace, salirme por la tangente y crear algo distinto a lo que se ve a diario. Por eso Sam no es como los héroes al uso, no es un tipo duro, no va de perdonavidas y no esconde sus verdaderos sentimientos. Los conflictos que nos encontraremos en esta historia no los provoca un hombre que hasta la penúltima página no sabe lo que quiere. Sam sabe muy bien lo que quiere y a quien quiere desde el momento de su aparición en la novela. Probablemente no me haya encontrado yo, en mis 41 años de vida, a un hombre que tenga tan claros sus sentimientos y que tenga tan poco miedo a mostrarlos. Y por eso me gusta tanto. Tampoco es un ligón empedernido, ni un mujeriego ni una pichafloja (para eso ya tenemos al Raúl de Carnaval). Sam es distinto, es un ser muy especial que, estoy segura, va a conquistar el corazón de las lectoras. Y al mismo tiempo va a hacerse respetar por los lectores varones que se asomen a sus páginas.
Algunos me preguntarán a qué obedece la presencia de Samuel Johnson en NLEEM si finalmente decido publicar en Amazon y no he de supeditarme a los criterios de ninguna editorial, sino que soy yo mi propio editor y decido qué publico y qué no. Si podría haber dejado que la relación entre Gillian y Alexandra fluyera naturalmente en vez de buscarle a Gill un partenaire masculino. Como todos los autores, cuando empecé el borrador de la novela, esperaba (y con cierto optimismo) llamar la atención de alguna buena editorial que se encargara de editarla. Por ello, y como era consciente de lo polémico que podía resultar poner a una pareja de lesbianas como protagonistas de una comedia femenina/chick-lit al uso, decidí darle este viraje a la relación entre ellas por ver cómo quedaba y si me gustaba. ¿Y qué pasó? Que me enamoré de Sam, que desde las primeras líneas de su "actuación" me pareció uno de esos personajes imprescindibles. Y en cualquier caso, estoy segura de que las lectoras más románticas me agradecerán, y mucho, que Sam sea el héroe de esta historia.
No, no puedo deciros mucho más que lo que leisteis el otro día en este mismo blog: la escena del encuentro romántico entre Gill y Sam. Pero sabéis que ahí hay tema... Os prometo una bonita historia de amor, no exenta de problemas, discusiones, desencuentros y momentos críticos. Pero recordad siempre que es una comedia y que se resuelve, sea cual sea su final (y yo todavía no lo sé... al detalle), con mucho humor.
Anti-héroes no vamos a encontrar en esta historia, al menos no en masculino... Y villanos tampoco, en el sentido clásico de la palabra. Encontraremos hombres y mujeres que luchan por la felicidad y que buscan su lugar en el mundo, como indica el mismo título de la novela. Que a veces actuarán correctamente... y otras veces no tanto; que utilizarán todos sus recursos y buenas (o malas) artes para conseguir/retener aquello que quieren, pero en conjunto prima el humor y el romanticismo frente al drama y el misterio.
En cualquier caso, Sam es un héroe anónimo, cotidiano, no tiene superpoderes ni salva vidas, ni tiene un oficio de riesgo ni ningún pasado tormentoso o secreto vergonzoso... Eso pertenece a otras novelas que ya he escrito o escribiré en los próximos meses o años. Aquí hablamos de una novela urbanita, cosmopolita, llena de glamour y de situaciónes divertidas, a veces incluso un punto surrealistas, tras las que se esconden los grandes dilemas de la vida, las grandes preguntas sin respuesta y las ilusiones y los sueños de siempre puestos al día.
Pero os va a enamorar. Sé que os va a enamorar.
Algunos me preguntarán a qué obedece la presencia de Samuel Johnson en NLEEM si finalmente decido publicar en Amazon y no he de supeditarme a los criterios de ninguna editorial, sino que soy yo mi propio editor y decido qué publico y qué no. Si podría haber dejado que la relación entre Gillian y Alexandra fluyera naturalmente en vez de buscarle a Gill un partenaire masculino. Como todos los autores, cuando empecé el borrador de la novela, esperaba (y con cierto optimismo) llamar la atención de alguna buena editorial que se encargara de editarla. Por ello, y como era consciente de lo polémico que podía resultar poner a una pareja de lesbianas como protagonistas de una comedia femenina/chick-lit al uso, decidí darle este viraje a la relación entre ellas por ver cómo quedaba y si me gustaba. ¿Y qué pasó? Que me enamoré de Sam, que desde las primeras líneas de su "actuación" me pareció uno de esos personajes imprescindibles. Y en cualquier caso, estoy segura de que las lectoras más románticas me agradecerán, y mucho, que Sam sea el héroe de esta historia.
Samuel Johnson |
Anti-héroes no vamos a encontrar en esta historia, al menos no en masculino... Y villanos tampoco, en el sentido clásico de la palabra. Encontraremos hombres y mujeres que luchan por la felicidad y que buscan su lugar en el mundo, como indica el mismo título de la novela. Que a veces actuarán correctamente... y otras veces no tanto; que utilizarán todos sus recursos y buenas (o malas) artes para conseguir/retener aquello que quieren, pero en conjunto prima el humor y el romanticismo frente al drama y el misterio.
En cualquier caso, Sam es un héroe anónimo, cotidiano, no tiene superpoderes ni salva vidas, ni tiene un oficio de riesgo ni ningún pasado tormentoso o secreto vergonzoso... Eso pertenece a otras novelas que ya he escrito o escribiré en los próximos meses o años. Aquí hablamos de una novela urbanita, cosmopolita, llena de glamour y de situaciónes divertidas, a veces incluso un punto surrealistas, tras las que se esconden los grandes dilemas de la vida, las grandes preguntas sin respuesta y las ilusiones y los sueños de siempre puestos al día.
Pero os va a enamorar. Sé que os va a enamorar.
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